viernes, 27 de enero de 2012

Extraña invasión... parte III

Héctor- Alejandra, Alejandra... ¿Estás bien Alejandra?
Alejandra- Héctor, no vas a creer…
Alejandra lanza un grito, se escuchan ruidos de forcejeos, y la comunicación se interrumpe.
Héctor- Ale, Alejandra…   


Música de suspenso.
Narrador- Mientras la noticia corría incrédula entre los oyentes de “La noche caliente de Buenos aires”, naves del espacio exterior tomaban estratégica posición  en los cielos del planeta. Londres, Bagdad, New York, Melbourne, Río de Janeiro, Coronel Oviedo, Kuala Lampur, Buenos Aires, contaban con algunos puntos brillantes demás en su firmamento de estrellas.
En  esos momentos dramáticos y decisivos para la historia de nuestro planeta, Héctor Santos comparecía ante la mirada  crítica de su jefe, en la oficina de este.   
Esteban Janés no era un amante de la ficción extraterrena, Esteban era un hombre práctico, de convicciones  simples e ideas cortas.
Esteban Janés, socio minoritario y gerente de la alicaída FM “Notimil”, no comulgaba con las ideas de promoción y venta de su único investigador, locutor y periodista, pero lo aguantaba por tres razones:
Primero, era una fuente de ingresos importantes  para la radio, segundo, era el sobrino preferido de su mujer, tercero, su mujer era la hija del mayor accionista de la radio. 
Esteban se repantigó en el mullido sillón de la estrecha oficina, levantó la mirada de manera cansina hasta encuadrar con su interlocutor, y con estudiada parsimonia  le dijo:
Esteban- Héctor no sigas más con eso de los marcianos. 
Héctor- Mirá Esteban, esta vez es cierto, no es joda, no se si serán marcianos, o venusinos, pero se que vinieron del espacio.
Mirá la foto.
Narrador- Esteban lo miró con resignación, buscó los anteojos entre los papeles sueltos del escritorio y se los puso sin entusiasmo.
Esteban- a verrr... humm... es de “Viaje a las estrellas”, o “Encuentros Cercanos...”, Héctor, dejate de embromar y decile a esa pendeja que se deje de macanear y vaya  a cubrir la movida  de Mardel, que es para lo que la envié.




Héctor- Pero che, tendrías que estar preocupado  por Alejandra, perdimos el contacto con ella en el momento en que se acercaba a esas criaturas, vaya a saber que le pasó. Hay que avisar a las autoridades.
Esteban- Mirá, que te inventes alguna que otra cosa para que la gente pique y los avisadores se pongan, no me parece mal, que te acuestes con la pendex, fantástico, pero si seguimos así, siempre con la misma cantinela de los platos voladores, vas a conseguir que quedemos sin audiencia, sin avisadores... y como dos perfectos boludos frente al directorio.  Y para finalizar, no me extrañaría que de una patada en el culo a los dos nos vuelen de la radio.


Música


Narrador
Héctor prestaba escasa atención a los dichos de su tío postizo, que cada tanto salía con la misma cantinela, temeroso de que el jueguito se le escapara de las manos.


Héctor- Pero, che, no entendés las cosas, te digo que esta vez es en serio, hay naves de otro planeta  que…
Esteban- El que no entiende sos vos, pará con eso, inventá otra cosa, algo más simple, más creíble y digerible…un romance de algún famoso,  alguna tontería científica, por ejemplo: que la Tierra se está calentando, como en la película esa, y ahí te mandás la mentirilla inofensiva, en potencial, por supuesto, que tal vez en poco tiempo tendríamos que soportar cataclismos infernales etc, etc. Como ves, estos temas son simples, fáciles de comprender, creer y salir de ellos sin mayores problemas. Les metés por un rato un poco de miedo, y para mañana ya todo se olvidó, no se habla más del tema, ¿me entendés? Entonces, al día siguiente, te dedicas a investigar algo nuevo…por ejemplo…
Héctor- ¿Terminaste Esteban? No me jodas más que agarro a mi avisador y me voy. Me entend…
Esteban- Ma sí, me tenés podrido, hacé lo que quieras, después no vengas a llorar sobre mis hombros.


Narrador:
Mientras esta discusión se desataba en la pequeña y endeudada radio, los invasores tomaban posiciones en sitios clave del planeta.


Música dramática.
Los seres del espacio exterior empezaban el desembarco.. Alejandra, la joven cronista de la FM, había perdido el contacto telefónico con la radio, y temía ser descubierta por los extraños visitantes. 
Desde su refugio, detrás de un gran tronco acostado en el borde del acantilado, Alejandra fue testigo privilegiada de las maniobras de los ocupantes del platillo volador hasta que no tuvo mejor idea que bajar por el angosto y empinado caminito que la llevaría a las cercanías de la nave espacial. Su osadía  duró poco.


Dos  brazos fuertes se habían atenazado sobre ella inmovilizándola por completo, mientras el celular se le escapaba de las manos desapareciendo en la oscuridad de la noche. 
Su captor la dobló sobre sus hombros y terminó de bajar la pendiente. Ale no ofreció ningún  tipo de resistencia, Ale estaba paralizada por el miedo. 
Unos metros adelante, cuando hubieron llegado a  la improvisada  pista  de  aterrizaje, abrió de a poco los ojos, como  temiendo que la realidad fuera superior a su fortaleza. No era mucho lo que podía ver desde su bamboleante  lugar  de cautiverio, piernas  y brazos oscilaban a su alrededor mientras  avanzaban hacia la nave. 
A esta altura de los hechos, la intrépida periodista de la “Notimil” había dejado atrás su pánico inicial, y de apoco, le volvía su  innata curiosidad. 
Lo primero que hizo fue levantara un poco la  cabeza  para observar mejor los alrededores.  
Si bien había algunos reflectores que despedían conos de luz azulada desde las entrañas de la máquina, las figuras que se desplazaban a su alrededor, eran solo siluetas sin rostro. 
Alejandra trataba desesperadamente de observar más detalles de los desconocidos hombres  de las estrellas, pero su visión era bastante pobre debido a que viajaba cabeza abajo de su raptor.    
Un sonido conocido quebró el silencio de la noche, los faros del ómnibus de larga distancia surgieron de la nube de polvo que él mismo levantaba, hasta materializarse a pocos metros de la nave. 
Alejandra sintió que las poderosas  manos del extraterrestre la levantaban como si fuera un   muñeco de peluche, y luego de un corto vuelo la depositaba sobre el pasto húmedo. Ale cerró los ojos por unos segundos pensando que así podría despistar a su captor, y seguramente fue así, pues cuando los abrió, este caminaba de espaldas a ella, hacia los ómnibus recién llegados.  
La joven reportera de “Notimil” sintió que su corazón palpitaba como a un caballo salvaje. Por un  lado tenía la oportunidad  de intentar huir de las garras de los invasores, y por otra, podía seguir husmeando, podía conocer de  frente a los tripulantes  de la nave, podría ser el primer ser humano que entrara en contacto con los habitantes de quién sabe que  lejano planeta. Solo tenía que seguir haciéndose la desmayada, lo demás vendría solo, pensaba Alejandra. 
Mientras la joven pensaba en una decisión que podía cambiar su destino hasta el extremo de perder la  vida, Héctor Santos Daba por terminado el programa: “La noche caliente de Buenos aires”, de la “Notimil”.
Héctor- Será hasta mañana, adorada audiencia. Y no olvides que Alejandra tiene siete vidas, como los gatos, y mañana, seguramente, la tendrán aquí, en “La noche caliente de Buenos aires”, como siempre, como todas las noches. 


Narrador:
Minutos después, Héctor conducía sin rumbo masticando su bronca. El auto, sin embargo, enfilaba hacia su departamento de Belgrano, como lo hacía todas las noches.  
Música- Perro feroz - (Elvis Presley).


Héctor- Disculpame Elvis, (Se corta la música.) pero en este momento no me ayudás a pensar.-(Suspira)- ¡Qué joda boluda te mandaste Alejandra! 
Digo yo, ¿por qué me querrá complicar la noche Ale, será en venganza del problemita que tuvimos el martes?
Para colmo, el idiota de Esteban tenía razón, ¡cómo me hiciste entrar Ale con esa foto de “viaje a las estrellas”!
Si supieras como nos puteó la gente por teléfono y mensajes de texto...
Bueno, ya está... carajo...
...Me cacho, mañana será otro día.


-Música-
Locutor off:
Caña quemada Bartolo presentó...
Su radioteatro de la medianoche...  
“Extraña Invasión” 
No se pierda el próximo capítulo, mañana a las 23,30, aquí, en FM “From Sarandí”.  
 Y mientras toma una copita de “Caña quemada Bartolo”, vaya escuchando los avances de las apasionantes aventuras que Alejandra y Héctor vivirán mañana...
Bla, bla, bla...  
Parte III de III
Habrá nuevas transcripciones.

martes, 24 de enero de 2012

Extraña invasión... parte II

Sigue la transcripción de la emisión nocturna de la FM  “Notimil”: Buenos aires.


Alejandra- Hay gente allá abajo. 
Héctor- ¿Gente, Qué clase de gente, son humanos?
Alejandra- No alcanzo a distinguir sus facciones. Parecen humanos. 
Héctor- ¿Qué más?, por favor contanos todo lo que ves.
Alejandra- Esto es impresionante, perdón que sea reiterativa, esto no puede ser algo de acá, me refiero a algo fabricado en la Tierra. La nave es negra, o por lo menos así parece desde donde estoy ubicada, solo puedo observar su contorno y las ventanillas iluminadas, o lo que fuera, no alcanzo a distinguir otra cosa
Héctor- ¿Qué tamaño tiene, podés decirnos aproximadamente sus dimensiones?
Alejandra- A ver, no te puedo decir con precisión, quizá una cuadra, tal vez dos, no estoy segura, es gigantesca, debe tener el equivalente a cinco pisos de altura. Pensá que puedo errar en mis apreciaciones, pero que es enorme, lo es. 
Héctor- ¿Te parece qué podrías cambiar tu punto de vista, o tal vez acercarte un poquito más?
Alejandra- Lo voy a intentar.
Héctor- No corras riesgos innecesarios…
Alejandra- Pará un cachito, siento ruidos por aquí, a mis espaldas. No voy a hablar por un ratito.
Héctor- Andate de ahí Ale, ya es suficiente lo que hiciste.
Alejandra- Shsss. No hables por favor. (Casi inaudible),
Héctor- Rajá Ale.


Música del noticiero.


Héctor- Estamos esperando que nuestra cronista vuelva a comunicarse con nosotros, ya hemos dado aviso a gendarmería para que se haga cargo del caso. 
Repetimos para quién no haya sintonizado el comienzo del informativo; Alejandra Gonzáles, nuestra enviada especial en le ciudad de Mar del Plata, acaba de ver el aterrizaje de una nave espacial en un desolado paraje en las proximidades de Chapadmalal. Como primicia absoluta debo decirles que el platillo es conducido por seres de apariencia humana, según nos relató nuestra joven cronista, quién pudo verlos desde su escondite en lo alto de un acantilado. Momentáneamente hemos perdido contacto con ella. Esperemos que no esté en dificultades.


Música.


Alejandra- Héctor.
Héctor- Gracias a dios, ¿estás bien?
Alejandra- Si, no te preocupes, estoy bien escondida. (Agitada). Escuchame, está bajando gente de la nave.
Héctor- ¿Los podés ver con más detalles?  
Alejandra- Si, tienen uniformes... uniformes que no recuerdo haber visto antes. 
Hoo, también bajan personas con ropa común, con remeras, vaqueros, shorts.
Héctor- ¿Sus caras, podés ver sus rostros? 
Alejandra- No estoy tan cerca, voy a bajar.
Héctor- Pará, no hagas eso, ya es suficiente con el informe que nos diste. Diego, sacame del aire por un  momento. Trataré de convencer a nuestra cronista que no cometa una locura en nombre del periodismo.


Música.


Héctor- Diego, ¿estoy fuera?
Diego- Si, Héctor, hablá tranquilo.     
Héctor- Escuchame Ale, estamos fuera del aire ahora, terminemos la nota aquí, ya es  suficiente, lo  hiciste muy bien.
Alejandra- Héctor, estoy bajando por  un  caminito de esta  especie  de cornisa, (muy  agitada), espero que no me vean.
Héctor- Ale, te dije que estamos hablando por línea  privada. 
Alejandra -Héctor, esta es una nave extraterrestre verdadera, los tipos no son de acá, voy  a investigar.
Héctor- Pará Alejandra, no empieces a jugar…


Música.


Hector- Ale, Ale, ¿me escuchás? Te repito que estamos fuera del aire, contestá por favor.
Alejandra- Sí Hector.
Hector- Está bueno lo que hiciste, pero paremos un poco la mano, no hagamos más kilombo que nos van a rajar a la mierda a los dos.
Alejandra- Pero Hector, esto que te estoy contando no es joda... es...






Hector- Ale, por dios, no juegues más, me queda solo un minuto de tanda.
Alejandra- Te juro que no estoy jugando. (A punto de llorar.)
Ale- Te doy entrada después del gingle de la “Caña quemada”, cortito, treinta segundos; decís que lo que viste de lejos era un micro de larga distancia que había parado para que meen los pasajeros, o lo que se te ocurra, y das por finalizada la nota, ¿OK?.
Alejandra- Te estoy mandando una foto.
Hector- ¿Desnudita?


Alejandra- Pavo...


Hector- ¡Carajo... es un plato volador! Ale, por dios, sabía que los marcianos vendrían algún día. ¡Qué notón, Ale, hacé lo que puedas, cuidate!  
Alejandra- Sí, Héctor.
Últimos compases del gingle de la “Caña quemada”, luego el locutor que dice: La noche caliente de la FM  Notimil.  
-Música, y... Aire; dice el operador-
Héctor- Alejandra, Alejandra... ¿Estás bien Alejandra?
Alejandra- Héctor, no vas a creer…
Alejandra lanza un grito, se escuchan ruidos de forcejeos, y la comunicación se interrumpe.
Héctor- Ale, Alejandra…   
Música de suspenso.
Parte II de III - continuará.