martes, 4 de octubre de 2011

El BESO, OTRA VEZ... Parte 2

              En Alemania, besos no.
Son curiosos los significados del beso y su importancia en las distintas y distantes sociedades del planeta.
Decía, en el artículo del 24 de noviembre del 2010, que: “El origen del beso u ósculo, sin dudas está atado al origen de la humanidad.” 
Da la impresión que ya no queda mucho, por no decir nada que hablar o comentar sobre el beso, 
pues de tanto hablar de él, da la impresión de haber agotado el tema, sin embargo, 


este colosal medio de comunicación, donde la cara externa del mensaje son los labios, 
y el motor el corazón, 




tiene un significado conforme a quién lo da y recibe, según circunstancias y momentos precisos.




Leí por ahí que en Alemania “no quieren más besos en el trabajo”, curioso, ¿no?
Supongo que no todas las alemanas y alemanes compartan la opinión de la “Knigge Society”, entidad que propone prohibir los besos como saludo en los ambientes laborales. 
Según dijo Hans Michael Klein, director de dicha sociedad, que durante el año pasado habían recibido más de medio centenar de consultas por correo electrónico de personas preocupadas por tener que saludar con un beso en el trabajo. 


Parece ser que los mensajes provenían de mujeres que afirman: 
















-sic- “este tipo de situaciones se prestaban para que hombres entablen un contacto en sentido erótico con ellas.”


También leí que Klein dijo: 
En Alemania, el espacio que suele mantenerse entre una persona y otra es de 60 centímetros, “y besarse es estar demasiado cerca”.  
Costumbres son costumbres y nadie va contra ellas.
Y la estupidez humana... una sola.
¿Quién puede dictaminar sobre la manera en que se deben manifestar los sentimientos de las personas ?


¿Quién puede establecer la raya donde dos individuos que están de acuerdo no pueden pasar?








Hablo del beso, don Klein, no de borracheras, drogas, fraude económico o fornicar sobre el escritorio.
Prohibir un beso de saludo o armar un corralito imaginario de 60 por 60 en países occidentales  suena a ridículo.
Con ese criterio también se podría prohibir que el apretón de manos, 
(al saludar, claro está), no sea tan estrecho o prolongado, y que mirar a los ojos de una dama más de unos cuantos segundos se considere  como acoso sexual. 
Cincuenta cartas en un año para un país de millones de trabajadoras no parece ser algo abrumador, aunque no por ser pocas habría que dejarlas sin protección.  


Como contribución al avance de los besuqueiros en la Alemania siglo XXI, propongo que las niñas que no estén de acuerdo con el beso oficinesco digan no a la propuesta de los osados varones. ¿O acaso es obligatorio el beso en dichas oficinas?
El beso es una de las manifestaciones más nobles de ser humano, y tiene la virtud de ser voluntario,  tanto del que da como del que recibe, si no fuera así, perdería el sentido de amor, cariño y amistad que conlleva.
Finalmente debo decir que por estos parajes, muchos de nosotros saludamos a quienes apreciamos y no tanto con un beso, 
tal vez el besuqueo es un tanto exagerado, me refiero a que en general se da a diestra y siniestra sin importar mucho a quién llega y de dónde viene.  
Pero eso el dicho: el que quiere da y el que quiere recibe.
Hasta la semana que viene.
Un beso.
                               Arnaldo Zarza



Fuente de información:


Enlace a "El beso" 24/11/10
http://cafelabarra.blogspot.com/2010/11/el-beso.html