jueves, 3 de marzo de 2011

¿Existen los mundos paralelos?

       ¿Se ha podido viajar en uno u otro sentido?
                        
                        Los universos pulsantes.
        Investigación de los Universos paralelos
           1) Cuando Jonas cruzó  las barreras  
                     de  los  Universos pulsantes.
Una mañana de enero de mil ochocientos cincuenta y cuatro, Jonas, ante una imprevista lluvia helada, fue a buscar refugio en una cueva cercana a donde pastaban sus ovejas. 
Jonas estaba acostumbrado a sufrir las inclemencias del tiempo, pero esa tormenta no fue igual a otras, ni la cueva lo cobijó como de costumbre. 
¿Fue el rayo cegador y la descarga eléctrica transmitida por las paredes rocosas las  que cambiaron para siempre su destino?
El caso es que Jonas la pasó bastante mal esa mañana de enero inclemente. 
Parado en medio de la cueva no atinaba a moverse. El frío y el cansancio  lo tenían paralizado, y los segundos se hacían eternos. El fin parecía estar próximo... 
Una eternidad después, ya rendido a su suerte y sin esperanzas, un intenso escalofrío azotó   su maltrecha humanidad recorriéndola de pies a cabeza. Un soplo de vida de vida volvió a su cuerpo, el suficiente para caminar unos pocos pasos y acurrucarse en un rincón del refugio para reponer fuerzas. 
Se durmió.
Unas horas después, cuando amainó la tormenta y volvió a su casa, su vida empezó a cambiar a ritmo vertiginoso. 
Apenas entró a la cabaña, Jon, el más pequeño de sus tres hijos vino corriendo a sus brazos como era su costumbre, lo abrazó y besó como hacía siempre que Jonas regresaba al hogar. ¡Como quería Jonas a ese chiquillo! Lo levantó y le acarició el rostro con profundo amor. Los ojos celestes de Jon resaltaban en la casi penumbra de la habitación.
-Maria.-Llamó Jonas a su mujer.- ¿Te fijaste en los ojos del pequeño Jon? -María era una mujer que de estar mejor arreglada se podría decir con justeza que era bonita. Sus ojos celestes también resaltaban en la penumbra de la habitación.
-¿Que tienen los ojos de Jon? -Preguntó María con un dejo de preocupación. 
Jonas giró para hablar con su mujer. El chico casi se le cae de los brazos cuando vio a Maria. 
Jonas se acercó a su esposa hasta quedar a escasos centímetros de ella. La miró fijamente sin decir palabra. Maria tomo al pequeño Jon de los brazos del padre y le miró a los ojos.
-¿Que tienen los ojos de Jon?– Repitió nuevamente mirando a su marido. Nada, dijo Jonas. 
Maria, desde su infancia, época en que conoció a Jonas, siempre tuvo unos hermosos ojos negros, que eran característicos en ella y que los había heredado el pequeño Jon. 
El pobre Jonas terminó sus días en el manicomio. 
No fue solamente el detalle de los ojos del pequeño Jon y los de su mujer los que enloquecieron a Jonas. 
Nada de lo que el conocía en este mundo estaba como debía estar. Su casa y sus alrededores habían cambiado con pequeños y aparentemente insignificantes detalles, en algunos casos, como los de su ropa, solo se trataba de alguna variación en los colores de sus dos camisas, o encontrar en el armario un pantalón que se había quemado accidentalmente el año pasado. 
Pero el galpón construido con madera de pino y pintado de verde, en el lado derecho de la casa, que ahora se alzaba en el flanco izquierdo pintado de rojo. Fue la gota que rebalsó el vaso, un duro azote  para pobre Jonas.
Cuentan, los que trataron a Jonas en el hospicio hasta su prematura muerte, que era un paciente tranquilo, sumiso y hasta conversador, aunque los días tormentosos los dedicaba a delirar.
-No son humanos... No son humanos.- Decía…   
Esta es una antigua historia que llegó a nuestras manos y la queríamos compartir. 
¿Qué hay de cierto?, no lo sabemos, aunque acontecimientos posteriores nos han hecho pensar, que tal vez Jonas enloqueció porque intuyó que por algún misterio de la naturaleza había ido a parar a un sitio casi igual al suyo, de su hogar, de su planeta natal. 
Pero, desgraciadamente para él, este no era su verdadero hogar, solo se asemejaba horriblemente al suyo. Y Jonas se había dado cuenta.  
Es probable que Jonas haya sido un viajero involuntario venido de un mundo mellizo y paralelo al nuestro. 


Un náufrago que arribó a nuestras playas debido a un quiebre  o rajadura temporal de los universos pulsantes. 




Y tal vez no sería aventurado decir, que hoy mismo haya otras persona en su misma situación.
                                          ¿No será usted, o yo?
Arnaldo zarza